YERMA

Íntegro el texto de Lorca, reivindicado por el director, un espectáculo bien hecho, que emociona al espectador con un trabajo notable de la actriz Silvia Marsó y de un estupendo Marcial Álvarez. El trío de famosos actores, que trabajan una actuación asombrosamente intensa, lo completa Iván Hermes, testosterona subida. Narros dirige con oficio una función anticuada, en conceptos y en forma. Faltan en los teatros los títulos de Lorca (malditos derechos), y esta es una oportunidad de oro para ver una buena función.

Yerma

YERMA

 De Federico García Lorca.

Dirigida por Miguel Narros.
Producido por Celestino Aranda.
Escenografía de Mónica Boromello.
Actúan Silvia Marsó, Marcial Alvarez, Iván Hermes, Eva Marciel, María Alvarez, Mona Martínez y un elenco de ocho estupendos actores y actrices.
Teatro María Guerrero de Madrid, CDN, del 11 de enero al 17 de febrero 2013.
 

 Yerma es honrada, respeta a su marido, por lealtad. Pregunta a todos y clama al cielo por qué no puede tener hijos, y buscando culpables, descubre inocente que ama a su amigo de siempre Víctor, el joven pastor. Pero ella es leal (incluso cuando la receta popular para la infertilidad es cambiar de hombre), su desgarro esquizofrénico final se dispara cuando el amigo pastor se marcha, Yerma queda definitivamente sola (con su marido, dos cuñadas, y muchos vecinos vigilantes). El final es trágico (muerte y locura).

García Lorca utilizó una palabra aplicada a los terrenos no cultivados o vacíos, para dar nombre al personaje que sufre por no concebir hijos. Yerma pregunta continuamente qué puede hacer una mujer en la vida sin la función para la que le han educado. El valor del drama de Lorca es plantear en 1934  si la maternidad puede ser una opción para la mujer: Yerma representa la extrema sumisión a la condición social de la mujer. La tragedia tiene el sentido de provocar en el espectador una catarsis aún vigente, qué peligro entraña que una mujer que se niegue a la maternidad, quizá se vuelve peligrosa (aún hoy, entre nosotros, hombres y abuelas suelen condenarlas o compadecerlas).

Pero este planteamiento no aparece en el anticuado dramón de Miguel Narros, que ha dirigido la función como si estuviéramos en los ochenta del siglo pasado, y quisiera dar réplica a la histórica escenificación de Nuria Espert (el director Víctor García y el escenógrafo Fabiá Puigcerver montaron una Yerma en 1971 que marcó la historia del teatro español; se volvió a montar en el cincuentenario de la muerte de Lorca -1986- y esta vez Yerma –subida a una red- recorrió España entera). Narros sigue viendo a la mujer estéril como motor de la tragedia, y eso le lleva a un concepto correcto de la escena, pero limitado. No salimos del repertorio de objetos lorquianos: la cama, la tierra seca agrietada, árbol, agua, ambiente rural más castellano que andaluz…

Excepcional es el trabajo honesto y convincente que ha hecho Silvia Marsó, y un esfuerzo diario tremendo; encuentro notable la cuidada evolución psicológica del personaje. Me pareció magnífico el trabajo del marido Marcial Alvarez (un hombre tan español, que esconde los sentimientos en el trabajo), aunque no entendí porqué habla con acento asturiano. Sí es andaluza (malagueña) la buenísima secundaria Mona Martínez, la mejor sorpresa del espectáculo: da la réplica de mujer desenvuelta y natural a una compungida y obtusa Yerma, encerrada en los cuatro conceptos aprendidos.

Acerca de jonsarasti

Después de años dedicado a la enseñanza y a crear espectáculos didácticos, ahora escribo y dirijo lo que me emociona y lo que es urgente. Este blog ha estado activo durante unos años, lo abandoné para no criticar inútilmente, ahora lo retomo para mi contento. Espero que os sirva. cc-by-sa-3.0
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Una respuesta a YERMA

  1. Mona Martínez dijo:

    Sorpresa la mía por tus palabras!,Gracias un abrazo.Mona Martínez.

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