NOCHE DE REYES

Un placer ver en escena once actores, en una comedia divertida y luminosa (en dos sentidos, buena iluminación e ingeniosa trama), que no defrauda y que merece el viaje al teatro que fue iglesia. Sonrisa en boca al salir agradecidos del templo. Muy buen espectáculo en el espacio de la Abadía.

NOCHE DE REYES

(Noche de Epifanía) De William Shakespeare.

Versión de Yolanda Pallín.

Dirección escénica de Eduardo Vasco (Exdirector de la C.N.T.C.)

Actúan Arturo Querejeta, Daniel Albaladejo, Beatriz Argüello, Rebeca Hernando, Héctor Carballo, Fernando Sendino, Jose Ramón Iglesias, Maya Reyes, Jesús Calvo, Francesco Carril y Angel Galán (el músico).

Vestuario de Lorenzo Caprile.

Iluminación de Miguel Angel Camacho.

TEATRO DE LA ABADÍA, del 10 de octubre al 4 de noviembre.

Noche de Reyes es una comedia cortesana (estrenada una noche de epifanía en el palacio de la Reina inglesa) de nobles delicados y criados pícaros, con sabor mediterráneo, situada en una isla. Un duque suspira enamorado por una condesa que está deseando enamorarse de cualquier otro. Una chica náufraga decide vestirse como su hermano, para ver si lo encuentra. Un mayordomo presuntuoso es víctima de una burla y un tontaina que busca novia paga las juergas del tío borracho. Ah, uno más, el bufón de la condesa es un bardo que canta la esencia de la comedia: el mundo es un carrusel que te sonríe si estás de buenas.

El enredo era completo en tiempos de Shakespeare, cuando los hombres representaban papeles femeninos; el texto está repleto de juegos de palabras sobre el rol femenino y el masculino, las diferencias y los contrastes, todo ello en un tono de burla inteligente que aún hoy resulta fascinante.

La puesta en escena reúne a todos en un espacio de cabaret cantante, con un tono desenfadado y festivo, en torno al piano con el que “bailan” ágilmente las escenas. Han compuesto un espectáculo fácil de entender, con bromas amables (la escena de las jotas de borrachos es estupenda) que ya había practicado Vasco en sus escenificaciones del Clásico. El vestuario de Caprile hubiera sido más espectacular si se hubiera olvidado de que la epifanía es invernal, nada más lejos del ambiente de noche mediterránea que emana del texto.

El trabajo del bufón es extraordinario (Arturo Querejeta), también está estupendo el mayordomo Malvolio que interpreta Héctor Carballo (compensa la excesiva juventud del actor con el fresco streptease subido a la banqueta), y destaca la calidad actoral de los tres protagonistas: Daniel Albaladejo, Rebeca Hernando y Beatriz Argüello. Todos los actores están muy bien en sus trabajos, inician el espectáculo en un tono algo gritado, que puede ser producto del estreno, y que seguro se suaviza con las representaciones.

La única pega, la gran pega que pongo en el montaje, corresponde a la versión del texto: ha rebajado el peso de Viola (verdadera taumaturga -mago hacedor- de la comedia) para hacerla más “femenina”, ha engrosado el trazo del personaje masculino (poco creíble para ser el enamorado romántico del texto), ha simplificado en fin el juego de roles haciéndolos más antiguos y convencionales. Habiendo tan buenas versiones de este texto, me decepciona el resultado. En todo caso, la trama es sencilla y agradecida. El publico sale con una sonrisa en la boca.